jueves, 22 de enero de 2015

¿Parque zonal o club amarillo?

Amaneció soleado en Lima, con un brillo espectacular, todo estaba lindo hasta que me enteré de que los parques zonales ahora serán "clubes" y encima pintados de amarillo.

¿Cómo es eso? ¿tendremos que pagar cuota para ser socios? ¿se reservarán el derecho de admisión?, no pues, los medios informan que sólo se trata de un cambio de nombre y de imagen, el cual considero innecesario y me obliga a romper mi propósito de este año de no dañarme el hígado y comentar al menos 3 cosas que generan mi desaprobación a esta amarillenta imagen:

Foto: Twitter @MuniLima
1. El amarillo:
¿Qué afán de pintar todo del mismo color? ¿acaso no existen más colores? ¿para qué tanto gasto? ahora nos vendrán con el cuento de que son ahorradores y están reutilizando los galones comprados para su partido político, que por "coincidencia" utiliza el mismo color.

2. El sol:
Hay que ser bien frescos o bien burros para poner un logo que recuerda al de su partido, sólo falta que pongan la foto de Castañeda y dibujen una cartilla de votación. Esto no es publicidad subliminal, es un lavado de cerebro, casi una lobotomía. Imagino las próximas elecciones con una fila de zombis clientelistas marcando en automático esa figura, sin detenerse siquiera a pensar en cómo hacer una mejor ciudad ¿o es que no les conviene?.

3. El nombre:
Pareciera algo trivial, pero esta "pequeña" modificación generará grandes gastos: cambio de página web, propagandas, uniformes, folletería, documentos oficiales, etc. Multiplíquese esto por el número de parques zonales y tendremos una cifra para nada austera. Esperemos también que el nuevo nombre no implique un alza en las tarifas o restricciones para el ingreso.


No quisiera comentar sobre las reinaguraciones de piscinas, mantenimientos y remodelaciones que hayan realizado al interior, con gastos difíciles de auditar y cuya celeridad me deja más que sospechas. Estos trabajos pueden ser necesarios pero lo que considero inaceptable es que se paguen infladas sumas utilizando el dinero de todos. Volvamos a multiplicar estas ejecuciones, pero esta vez en cada parque o edificio supuestamente deteriorado y la cifra llega a ser astronómica, haciéndome sentir asaltada y consternada al pensar lo lucrativo que es ser alcalde en estos días.

Porque al final de cuentas es nuestro dinero el que se despilfarra con cada gota de pintura utilizada. Dinero salido de nuestros impuestos y que es malgastado en acciones innecesarias, poco productivas o de dudoso costo, por decir lo menos. Dinero que bien podría usarse eficientemente si nuestras autoridades tuvieran un poco de amor por la ciudad y no a sus propios intereses.

En vez de andar pintando toda la ciudad de amarillo e ir estampando un sol por aquí y un sol por allá, cual mamífero marcando su territorio, nuestras autoridades deberían dedicarse a planificar la ciudad (ojo: planear antes que actuar) y dar solución a los problemas existentes.

¿Hasta cuando nos quieren ver la cara de tontos?. Ya me cansé de que me metan por los ojos ese horroroso color, como un eterno recordatorio de que "él" lo hizo o "él" lo terminó... Porque ese señor se equivoca, lo que se hace por Lima no debe tener nombre propio en una placa, porque finalmente la ciudad es de todos... y es para todos.

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