viernes, 18 de enero de 2019

484 años en una ciudad de contrastes

Desperté en la mañana y recordé que hoy es el aniversario de Lima, aunque no lo parece.

A estas alturas puedo decir que se ha sentido como un día cualquiera, con la misma ciudad taciturna que no deja de moverse y cambiar cada minuto.

Han pasado tantas cosas en estos 484 años: contamos con un patrimonio histórico envidiable, una cultura variada y una gastronomía exquisita. Pero todo queda opacado con los eventos ocurridos estos últimos días. Basta con dar una mirada rápida y notaremos que además del acostumbrado tráfico, nos rodean pistas reventadas cual cráteres lunares, obras sin sentido, trabajos inconclusos, un catastrófico aniego, etc, etc y más etc. 

Obras en el Sur: un camino más difícil que el Dakar
Fuente: foto propia (después de muchos baches) 

Mamotreto sin nombre en Bajada Armendariz.
Agradezcamos a Castañeda por malograr la costa verde y quitarnos la vista al mar.
Fuente: propia

Puente peatonal inconcluso en la Costa Verde.
Castañeda culpó a la gestión anterior, pero no movió un dedo para solucionar.
Fuente: propia

Aniego en San Juan de Lurigancho.
No es un río, no estamos en Venecia. Sedapal debería responder por semejante desastre.
Fuente: web de La República 

Para descansar la vista: la Plaza Mayor
Fuente: web de la Municipalidad de Lima

Basta esta pequeña muestra para recordar que estamos en una ciudad con virtudes pero a la vez llena de contrastes, diferencias  y problemas. Y en medio de todo, estamos nosotros como espectadores y actores: a veces preocupados, a veces indiferentes, a veces impotentes ante tanta incoherencia. 

Lima no celebra hoy (al fin algo sensato por parte de un alcalde). Con tanto problema, no cabe momento para la celebración. Esta vez es tiempo de reflexión, momento de solidaridad y ayuda. Todos vivimos en esta gran casa llamada Lima y es nuestra responsabilidad cuidarla o al menos no  malograrla más.