El sol arrecia, el calor desespera en Lima y la gente se vuelca a las playas. Si estás leyendo esto, por favor cuídate un poco y protégete del sol, quizá no te des cuenta ahora, pero tu futuro está en juego.
Ayer se celebró el día mundial de lucha contra el cáncer y espero sirva para reflexionar y cambiar nuestra actitud respecto al daño que produce el sol, entre ellos el temido cáncer a la piel.
Hace una décadas era normal ir a la playa y echarse bronceador (admito haberlo hecho) o en su defecto algún líquido que surtiera el mismo efecto. Y con eso nos echábamos a cocinarnos bajo el sol, resultando con dolorosas ampollas y quemaduras. Entonces pensábamos: un poco de Caladryl y asunto arreglado.
Lo que no sabíamos es que el daño solar se va acumulando y con los años se hace notorio. ¿Quién no ha visto alguna señora con la piel reseca y arrugada, llena de pequitas? Y sin embargo ella feliz con su bronceado. Esperemos que en unos años no esté visitando al oncólogo.
La radiación solar se ha incrementado y con ello el daño a la piel. Los jóvenes no se dan cuenta, viven el presente pendientes de Combate o EEG pero desinformados y despreocupados de lo que pueda ocurrir en el futuro. Ellos no miden las consecuencias y muchas veces los padres no los orientan. ¿Que ejemplo esperar si hay padres que llevan a sus bebés a la playa?.
Debemos ser conscientes que los efectos de la radiación se ven con el tiempo, cuando ya es irreversible. Quizá por eso a dos familiares míos les operaron de cáncer a la piel: en la nariz a uno, en la oreja al otro. Quizá por eso mi piel se ha vuelto delicada y debo evitar la sobreexposición al sol y los antiguos días de playa.
Nunca es tarde para corregir el daño. Haz un esfuerzo e invierte en un bloqueador medicado factor 50 como mínimo (ISDIN y Avene son buenazos), usa ropas claras de algodón, lentes oscuros, un sombrero tal vez, bebe mucha agua y hazte chequear los lunares.....tu piel te lo agradecerá en unos años.
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